Al principio todo iba marchando muy bien, música en vivo gente sonriendo, disfrutando y bailando, pero todos muy atentos hasta que llegara el momento de repartir las dádivas.
Llegó el gran momento de los regalos y una vez más volvemos a ver la triste escena de lo que es un pueblo pasando hambre y necesidad.
Un tremendo rebú, gente empujándose y tratando de llevarse algo de los objetos que estaban regalando, algunos diciendo “No, que esto es mío” y otros procediendo a correr tan rápido como podían cuando conseguían tener algo en sus manos.
Señores, mientras continúen con ese comportamiento, los políticos van a seguir aprovechándose de ustedes. Seguirán haciéndoles pasar hambre, para cuando les den lo mismo que les pertenece, ustedes los verán como dioses. Comprandoles regalos con el dinero de ustedes.
Esperamos que un día el pueblo despierte y aunque les cueste trabajo, no acepten esos supuestos regalos, para que los políticos dejen esa práctica de usar el dinero del pueblo de esa manera. Así el pueblo un día tenga que dejar de depender de políticos para lograr sus objetivos y podamos hacer cumplir las leyes a todos por igual.
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