Una trifulca protagonizada por dos internos el pasado lunes destapó una caja de pandoras, luego que uno de los detenidos revelò que un equipo de delincuentes encabezados por uno de los reos, exigen dinero a los que llegan a la celda y que el negocio es manejado tras cortinas por un oficial policial.
El preso, quien no quiso ser identificado, mostró marcas en su espalda indicando que fue torturado a palos.
Sostiene que al revelarse la tortura fue que otros detenidos protestaron para que no le siguieran golpeando y se originó el impase grupal.
Afirma que la celda del destacamento policial opera en la parte trasera del tribunal de justicia de esa ciudad.
El preso, reveló que el cabecilla de todo eso es un delincuente a quien apodan Santo Barbàn y que este junto a otros presos de su cofradía exigen el pago de $1300 pesos a los preventivos que acaban de llegar a la celda ,y que luego deben pagar $500 pesos semanalmente.
Agregó que de no cumplir con el pago “son torturados por la banda encabezada por Barbàn con el apoyo del jefe del destacamento de apellido Lebròn y algunos agentes bajo su mando”.
Según el interno, “el oficial Lebrón recibe parte de lo recolectado por Santo Barban beneficiándose ambos de un lucrativo pero sucio,ilegal,e inhumano negocio”.
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