Yaidy, era una mujer de 38 años que se dedicaba a vender comida, había criado sola a sus hijos.
Falleció el 16 de abril, pero fue tres días después que sus hijos lo supieron.
Resulta que su tía no tenía valor de decirles sobre la repentina muerte.
Necesitaron ayuda de psicólogos para darles la triste noticia. Ellos mantenían la fe de que todo estaría bien.
Lo más triste de todo es que los niños no tuvieron la oportunidad ni siquiera de despedirse de su madre y ni siquiera pudieron darle un último abrazo a su apreciada madre, y para colmo, no saben donde está enterrada.
Sobre este caso nos llega el video en donde los hijos de la fallecida cuentan lo que sienten tras la pérdida de su madre. Entre sollozos y lagrimas, relata que la llamaban muchas veces, pero el celular no sonaba y ellos pensaban que el celular estaba descargado, y por eso se quedaron tranquilos.
Nuestro pésame para ellos y esperamos que estos familiares puedan hacer frente a tan duro momento.
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