Cuando enterraron a un hombre parece que dijo adiós dentro del ataúd.

El entierro de un hombre en Indonesia la semana pasada, durante la cuarentena por coronavirus, estuvo marcado por un episodio extraño. A través del cristal en la parte superior del ataúd se pudo ver un movimiento parecido a un dedo.

Muchos familiares y amigos estaban aglomerados sin hacer caso a la pandemia.

En las redes sociales, muchos pensaron que el hombre aún estaba vivo. Otros argumentaron que la “mano” sería un ratón.

A pesar de la teoría macabra, el movimiento debe haber sido causado por “rigor mortis” (cambio bioquímico en los músculos, que hace que los músculos del cadáver se endurezcan y la incapacidad de moverlos o manipularlos) o cambios en los ligamentos durante la descomposición, dijo un periódico.

No se sabe si los familiares notaron el movimiento dentro del ataúd durante el entierro, que continuó. No hay información sobre la causa de la perdida de su vida.

Un estudio publicado en septiembre del año pasado, afirma que los cadáveres pueden moverse e incluso cambiar de posición durante el proceso de descomposición.