En el escrito detallan las palabras que la fiscal le dijo a Leyda Vicente, la expareja de Rubén Darío.
Manifiestan que perdonarán a Martínez y que quieren que la justicia averigüe para que pueda ser castigada si su decisión fue influenciada.
Así mismo, manifiestan que no quieren desearle ningún mal, porque en lo terrenal ya han perdido mucho.
Una parte de la carta le dice a la fiscal que si ella particularmente siente el amor de Jesús, porque el que siente amor, siente dolor y en el futuro otras personas puedan, al contrario, a mis familiares recibir de usted amor, comprensión y apoyo. Que nadie más que pase por su sala tenga que lidiar de un golpe con cuatro féretros, una sobreviviente herida, muerta en vida porque hoy no tiene madre.
Este martes la Policía Nacional le quitó la vida a Darío Jiménez en la cabaña Presidente localizada en la carretera de San Isidro del municipio de la provincia Santo Domingo.
En el enfrentamiento resultaron lesionados dos agentes, un sargento y un cabo. El sargento Juan Carlos Báez tiene tres heridas de bala, uno en una pierna y dos en el abdomen. El cabo José Jiménez tiene un impacto de bala.
Rubén Darío Jiménez raptó un médico para que le curara las heridas que él mismo se ocasionó en un testículo, cuando cometió el terrible hecho.
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