Melinda Coleman, de 58 años, se quitó la vida el domingo por la noche. Su hija Daisy, de 23 años se había quitado la vida solo cuatro meses antes. Daisy era la protagonista de un documental de Netflix, donde hablaba del abuso que había sido víctima.
Melinda era una veterinaria talentosa, una madre y esposa devotas y una fisicoculturista talentosa. Más que nada, amaba y creía en sus hijos. No es casualidad que ella haya creado algunos de los niños más talentosos, apasionados y resistentes.
La hija se quitó la vida de un disparo en Colorado Springs durante una llamada con su novio. Cometió el penoso hecho mientras hablaba con su novio en FaceTime.
Melinda luego confirmó la pérdida de su hija en las redes sociales. Apenas unas horas antes del hecho, su madre publicó una serie de publicaciones y fotos de su hija en su página de Facebook.
Poco después de la pérdida de Daisy, su madre reveló cómo su hija segó su vida al enterarse de que no podía tener hijos y que era probable que no pudiera concebir hijos.
Cuando era adolescente Daisy estaba en una fiesta y un atleta de la secundaria la violo mientras un niño filmaba el triste suceso.
Su madre escribió :”No hay suficientes te amo que podría haber dicho cuando sostenía tu cuerpo frío, roto y sin vida”
La serie de hechos tristes en esta familia empezaron hace años cuando el padre de Daisy perdió la vida en un accidente de tránsito.
La casa de la familia se redujo a cenizas en 2013 y en 2018, el hijo de Melinda, Tristan Ash Coleman, perdió la vida en un otro caso automovilístico a los 19 años mientras ayudaba a su hermana a mudarse a Colorado Springs.
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