Ernesto Muguercia y Aniley González eran pareja, los dos eran cubanos, y Daira Yisel Henríquez Batista, dominicana, y trabajaba junto a Ernesto en un expendio de bebidas.
Se conoció que Ernesto tenía apenas unos 18 días y Daira unos 13 de haber empezado a trabajar como camareros en el lugar, al igual que Aniley, quien llevaba solo tres meses como camarera en Havana Cigar & Bar, justo casi al frente de donde estaban trabajando Ernesto y Daira.
Los tres se dirigían a su casa en un motor Yamaha color azul transitando por una avenida que había poca iluminación en horas de la madrugada del lunes, cuando un imprudente, presumiblemente bajo los efectos del alcohol, les dio de frente.
En ese tramo carretero, los extremos son solares baldíos, por lo que no hay cámaras de seguridad que evidencien cómo fue el lamentable suceso.
Pero por el estado en cómo quedó el vehículo y los cuerpos, se presume que el conductor identificado como Yeison Alejandro Tejeda De León, transitaba a una velocidad sumamente alta, llevándose a los tres jóvenes.
Curiosos del lugar alegan que a la llegada del 911, los paramédicos tuvieron que recoger partes de los cuerpos que se despegaron tras el fuerte choque.
Los cuerpos quedaron muy maltratados, pues el golpe fue fulminante y fueron llevados a la Funeraria Punta Cana donde estuvieron hasta hoy.
Tras las investigaciones para este reportaje, el encargado de la funeraria, Freddy Ávila, indicó que Ernesto y Aniley fueron enviados a patología forense en San Pedro de Macorís en la madrugada de este miércoles para ser cremados y sus cenizas repatriadas a Cuba, mientras que el cuerpo de Daira fue trasladado a Puerto Plata por sus familiares.
Sobre el conductor, Yeison Alejandro Tejeda De León, se conoce que está detenido y será enviado al Tribunal de Higüey para ser puesto a disposición de la justicia.
Las informaciones del accidente fueron confirmadas por este diario con el encargado de procedimientos de accidentes de tránsito de la Digesett Bávaro, Lic. Guarionex Valenzuela, quien lleva el caso y brindó algunos detalles.
Amigos y conocidos los definen a ambos como personas buenas, trabajadoras y que nunca se separaban, incluso ni la mismísima muerte los separó.
Llegaron a República Dominicana por Santo Domingo a mediados de enero del 2020 y en julio del mismo año se trasladaron a Bávaro.
En la zona turística Ernesto se desempeñó como bartender y camarero en distintos bares y restaurantes, mientras que Aniley, quien era camarera profesional, se desarrolló también en su área. Era tan eficiente que con apenas tres días trabajando en Havana Cigar & Lounge iba a ser nombrada como supervisora de camareras pero el destino se lo impidió.
Alegres, carismáticos y radiaba en ellos el amor. Trabajaban juntos, entrenaban juntos, vivían juntos. Eran y fueron siempre inseparables.
Ernesto tenía 31 años, era hijo único y le gustaba el deporte. Practicaba en la Escuela de Boxeo Punta Cana.
De Aniley se conoció que tenía 37 años y una hija en Cuba que cumplirá 15 años en septiembre, y junto con Ernesto estaban trabajando fuerte para reunir y celebrarle el cumpleaños.
La noticia ha dejado en shock a más de uno y ha dolido profundamente porque se perdieron más que buenos amigos, dos personas entregadas al trabajo y con mucho futuro por delante que vinieron a este país a luchar. Paz a sus restos y condolencias a los familiares.
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