Según cuenta el señor Ramón Benito Almonte (Kuki), padre de la víctima, narra que estaba ilusionado porque su hijo había dejado casi seis años de estabilidad laboral en la dependencia de la Procuraduría General de la República para irse en busca de un mejor futuro para su familia.
Narra que cuando la familia se enteró de la tragedia, tenía la esperanza de que Almonte Espinal estuviera entre los sobrevivientes. Contaron que con las primeras personas que se comunicaron les dijeron que no había dominicanos entre las víctimas mortales.
«Ha sido un viacrucis desde el nueve de diciembre, ese día fatal, hasta hoy en la madrugada, cuando nos entregaron el cadáver. No teníamos paz por no tener con nosotros el cuerpo de nuestro hijo», expresó Kuki.
Cuentan que la última comunicación que tuvieron con el fallecido fue cuando abordó el furgón donde el grupo de inmigrantes sufrió el accidente. Ramón Benito hijo era padre de un niño de siete años, que procreó con Danira Lora.
«Todos lo recordaremos por lo dedicado que era con su familia y su trabajo», externó entre llantos Elizabeth Almonte, hermana del fallecido.
También los amigos definen al fallecido como una excelente persona y un hombre que amaba realizar actividades deportivas.
«Desde niño andábamos en bicicleta y practicamos otros deportes», señaló Jorge Luis Abad, amigo de infancia de Almonte Espinal.
El cadáver del joven fue velado en la residencia de sus padres, ubicada en la calle prolongación Presidente Henríquez, del barrio Francisco Javier de San Fernando de Montecristi.
Su sepelio se realizó a las 10:00 de la mañana del sábado en el cementerio viejo de esa ciudad fronteriza.
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